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Mi Ángel de la Guarda - Capitulo V

Había algo que me inquietaba y molestaba, aun en esa etapa, seguía sin poder leer mis historias en la revista y eso me irritaba por lo que cuando fui a publicar una nueva historia, ya había perdido la cuenta de cuál era, hable con el director de la revista y le pedí que intentara adaptar una de las historias al braille para que así más personas pudieran leerlas, me costó un poco convencerlo pero a la final lo logre después de unos meses, la primera prueba fue un verdadero éxito y la revista tuvo casi un veinte por ciento más de ventas, el director me felicito por mi idea y me pidió que me uniera a su grupo para que ayudara con la emisión en braille, después de allí el resto de la revista también fue adaptada al braille y ganaron mucha más popularidad y yo algo más de ingresos, por lo que mis ahorros crecieron más. Otra cosa que me había molestado y no podía resolver era que no encontraba la copia en braille de “El Ángel de mi Muerte” de Gabriel, su último libro según habían anunciad

Mi Ángel de la Guarda - Capitulo IV

Laura me devolvió las fuerzas, las esperanzas y los sueños. Nos hicimos amigas ese día, mi primera amiga, estaba feliz , iba todos los días al hospital y me pasaba casi todo el día hablando con Laura, como era prácticamente una paciente fija allí las enfermeras no me llamaban la atención por quedarme incluso después de las horas de visitas. Laura me explico que era ciega debido a que tenia quistes dermoides orbitarios, un tipo de cáncer que hace efecto sobre el musculo óptico por lo que termino perdiendo la vista. Al ser diagnosticado demasiado  tarde se había expandido por todo su cuerpo, había deteriorado algunos órganos vitales, llevaba años luchando contra él, pero este siempre volvía y esa vez era para llevársela, ya estaba en etapa terminal por lo que ya no tenía esperanzas de vida más allá de unos pocos meses. También me conto que había decidido quedarse en el hospital, no para intentar que la curasen milagrosamente, sino porque su familia no quería saber nada de ella,

Mi Ángel de la Guarda - Capitulo III

La vida en el orfanato no era tan mala, por lo menos era mejor opción que las calles o la casa de mis padres, allí por lo menos tenía asegurado un techo, las tres comidas y una cálida cama en la cual descansar, no podía pedir más, en mi corta vida ya había aprendido a apreciar lo poco que me era dado, por lo que me sentía agradecida de que me aceptaran allí, aunque en los primeros días no me había resultado fácil adaptarme. Me la pasaba llorando, todo el tiempo, llamando a mi ángel, me hacía falta, lo extrañaba aun cuando sabía que no volvería. Cuando llovía y los truenos eran ensordecedores, me asustaba, lo llamaba con más fuerzas pero él no aparecía, me dolía pero poco a poco me fui acostumbrando a que ya no estaba. Cada vez que sentía miedo solo me acurrucaba en el centro de la cama, cubriéndome hasta la cabeza y aferrando a mi peluche de lobo, solo así lograba calmarme un poco hasta quedar dormida. Esos fueron mis primeros días allí, no salía mucho del cuarto, no jugaba co